Si existe un Río en el mundo con un contenido histórico en su haber ese es el Tiber, Desde su nacimiento, el Tíber fue el alma de Roma, y el hecho de que la ciudad le deba su propia existencia está descrito ya desde la primera escena de la leyenda de la fundación, con Rómulo y Remo en la canasta que, atascada debajo de una higuera, sorben el fluido azucarado que brota de los frutos, a la espera de una verdadera comida.
El Tíber es, con su recorrido de poco más de 400 kilómetros, uno de los ríos más largos de Italia. Nace al norte de Roma, en la región de Toscana, y desemboca en el mar Tirreno, 20 kilómetros después de haber atravesado la "Ciudad Eterna".
Quien se halla de visita en Roma puede recorrer el río Tíber paseando por sus orillas o abordando alguna de las embarcaciones que lo navegan regularmente.
Al Tíber lo surcan tanto embarcaciones con guías, preparadas para recibir a los miles de turistas que día a día llegan a Roma, como embarcaciones comunes, utilizadas por los habitantes de la ciudad.
Numerosos puentes cruzan el Tíber a la altura de la ciudad de Roma. Entre ellos se destaca el puente de piedra de Sant'Angelo, construido por el emperador Adriano entre los años 134 y 139 de nuestra era.
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